Con gran tristeza, hemos de comunicar que nuestro compañero, Luis Alfonso del Río Legazpi, falleció en Granada el pasado 18 de noviembre de 2025. Luis Alfonso nació en su querida y añorada Asturias (Campomanes) un 13 de diciembre de 1943, y ejerció la mayor parte de su carrera científica en la Estación Experimental del Zaidín (CSIC) de Granada. El Profesor del Río se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad de Oviedo en 1967, y obtuvo su doctorado en Ciencias (Sección de Químicas) cuatro años más tarde por la Universidad de Granada, bajo la dirección del Profesor Federico Mayor Zaragoza.

            Entre las mayores contribuciones del Dr. del Río a la ciencia hay que destacar sus trabajos en el metabolismo de los peroxisomas, un componente celular de gran importancia en el crecimiento y el desarrollo de la célula, así como en la respuesta de los seres vivos a situaciones de estrés, ya sean levaduras, plantas o animales. De hecho, sus trabajos a partir de plantas de guisante fueron pioneros y marcaron la ruta de otros laboratorios internacionales en busca de las funciones de los peroxisomas en la respuesta global de la célula, tanto a nivel fisiológico como en condiciones adversas. Por otro lado, el conocimiento de la biología de los radicales libres y los antioxidantes se enriqueció notoriamente tras las aportaciones del Dr. del Río en dicho campo. No es gratuito decir, por tanto, que la relevancia de los trabajos del Profesor del Río permitió que fuera uno de los autores científicos más citados y de más impacto en la Bioquímica y Biología Vegetal, incluso aún después haberse jubilado.

            El Profesor del Río fue además un miembro destacado y comprometido en las distintas sociedades científicas de las que formó parte. De hecho, era uno de los socios con más antigüedad de la Sociedad Española de Biología de Plantas, así como de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, y miembro de otras sociedades internacionales como la Biochemical Society, la American Society of Plant Biologists, la Japanese Society of Plant Physiologists, y la Society for Free Radical Research, entre otras.

            Si bien la impronta científica del Dr. del Río fue sobresaliente, y así fue confirmada no sólo por numerosos investigadores nacionales, sino también por otros tantos de los laboratorios de la Universidades de Bristol (Reino Unido), Rutgers (New Jersey, EE.UU.), Mississippi (EE.UU.), Tufts (Boston, EE.UU.) y George Washington (Washington D.C., EE.UU.), en los que realizó sendas estancias postdoctorales, no le fue a la zaga la huella que dejó a título personal. Así, Luis Alfonso del Río Legazpi conquistó el corazón de todos los colegas y personas que lo conocieron. Su cortesía, sus formas educadas y también su fino sentido del humor fueron sus cartas de presentación. Su figura con su elegante sombrero es la imagen que permanecerá en el recuerdo de todos los que quedamos atrapados por su personalidad. Descanse en paz.